Jamaica, naturaleza, playas, saltos, agua, respect y ganja. Lo cierto es que el viaje fue más largo de lo esperado, casi 12h desde que salimos de casa.
Nos temíamos que coincidiéramos con el "spring break" americano, y no nos apetecía nada compartir la playa con cientos de universitarios americanos. Pero por suerte, llegamos una semana más tarde.
Aunque llegamos tarde, Mike nos estaba esperando, su rasta-furgoneta desde las 12h ya nos sumergió en la cultura jamaicana :) Nos ayudó a encontrar y despertar al vigilante del hotel, que estaba en su profundo sueño nocturno...mientras nosotros esperando en la puerta con las maletas!
La playa del hotel, regentada por Paul y su amigo (dedicado en exclusiva a "barrer" la playa!), era su territorio, todo lo que necesitaras ellos lo conseguirían. Y si, eran insistentes...Que buenos esos daikiris y piña colada viendo la puesta de sol...
Las excursiones en la "rasta-furgo" por las carreteras sinuosas llenas de baches y piedras, al pelican's bar, YS Falls, Roaring River, reponiendo energía con las empanadillas vegetarianas y disfrutando de cervezas con los vecinos en el pueblo de Mike, escuchando reggae e historias sobre cuevas, powerful espíritus...
Sin duda, un lugar al que ir, y si se ha ido repetir!